Somos hermanas


En la lucha feminista al igual que en todas las luchas sociales y libertarias surgen roces, diferencias de opinión... Surgen discusiones porque no se tiene la misma visión de las cosas y por lo tanto no se ven las mismas soluciones. Esto no tiene por qué ser malo siempre y cuando entre nosotras, entre las compañeras no se rompa esa relación de sororidad y asertividad.
Discutir es algo sano y necesario denota que tenemos inquietudes propias, que pensamos, que sentimos la necesidad de resolver problemas. Denota que nos importa lo que piensen a nuestro alrededor porque nos importa cambiar algo. Pero es muy importante que las discusiones dentro de una misma lucha sean asertivas, es decir que no se convierta en una discusión ilógica, agresiva y autoritaria. Discutir es intercambiar ideas y esto se puede hacer siempre de una manera calmada y no agresiva (es más, en mi opinión es lo mejor aunque entiendo que con agresores es imposible). Podéis no estar de acuerdo y zanjar la conversación cuando se llegue a un punto de no retorno.

Debido a los problemas que he arrastrado los últimos meses con el feminismo, he pensado mucho en la sororidad, en el verdadero sentido de la palabra y me gustaría compartir mi conclusión.
Lo primero es que creo que se está explotando el uso de la palabra sororidad en ambientes y situaciones que no requieren sororidad o que no son representación de la misma.

He visto mujeres diciendo que había que tener sororidad con la intocable porque había sido agredida, he visto grupos de amigas de toda la vida alardeando de toda la sororidad que gastaban entre ellas…

Para empezar, la intocable es una mujer, por supuesto, pero la agresión que sufrió no la sufrió por ser mujer, la sufrió por otras condiciones de su posicionamiento político.
En un grupo de amigas no sé hasta qué punto se puede hablar de sororidad. La sororidad no es cuidar solo de tus amigas feministas, es cuidar de toda mujer (sea o no feminista) que pueda necesitar tu ayuda por algún tipo de agresión machista.

Sororidad proviene de “Soror” que significa hermana así que me gustaría que si tenéis hermanes (sin importar el género ni el número de estes) penséis en cómo es vuestra relación con elles. Yo tengo dos hermanes. Con une hablo de todo y comparto como con une amigue, mientras que con el otre solo hablo de si estamos bien o mal y nos queremos porque somos hermanes aunque diferimos en muchos puntos.
Les hermanes no se eligen les amigues si, y esa es la gran diferencia las hermanas feministas son tus hermanas por el hecho de ser mujeres y no las elijes. Si tu hermana sufriera una agresión machista, no importa que ella sea rica, pobre de derechas, de izquierdas… lo importante es apoyarla a supera la agresión, defenderla, cuidarla, darle apoyo y cuidados aunque, una vez superada la agresión no volváis a hablar en la vida.
No sois amigas, sois hermanas de lucha que se cuidan y se apoyan. Igual que son las mujeres alienadas. No se las ataca, se las ayuda a abrir los ojos, se las cuida y apoya. No es tu amiga es una mujer que necesita ayuda como mujer y no como nada más.

Está muy bien apoyarse en las amigas cuando has sufrido una agresión machista pero si alguna vez una mujer de fuera de tu circulo te pide ayuda porque ha sufrido una agresión machista debes tratarla como tratarías a tu amiga. Háblale, cuídala, dale todo el cariño que puedas apóyala en el camino. Siempre dentro de las posibilidades de cada una y respetando la integridad mental y física de las dos pero, de verdad, de corazón somos hermanas y si como mujeres no nos cuidamos entre nosotras, estamos perdidas.

Ojalá empezáramos a usar menos este término y lo pusiéramos más en práctica.

Siempre escribo con la esperanza de la mejora personal y social
Pitusa

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