¡Se acabó!

Después de 2 años en terapia puedo decir que la historia de mis abusos sexuales ya es pasado y, como una de las cosas que más fuerza me daba para seguir era pensar en que mi historia podría ayudar a más personas en mi situación he decidido escribiros mi proceso en este tiempo.
Espero que esto sirva de ayuda y una vez más os cuento que esta fue mi experiencia y que las cosas que a una le ayudan no tienen porque servir para les demás. Cada une llevamos nuestro ritmo así que si necesitas más de dos años de terapia no pasa nada, no eres menos fuerte ni menos valiente. Si sientes cosas que yo no sentí o no sientes cosas que yo si sentí no pasa nada, cada une digiere los traumas a su manera y a su ritmo. Sea cual sea tu historia, y estés en el momento que estés del proceso para superarlo mucho ánimo, mucha fuerza yo confío en que puedes hacerlo, en que estarás mejor.
Empecemos. Os voy a contar cuales fueron las consecuencias que mi trauma tuvo en mi vida contandoos que trastornos o complicaciones encontré en mi día a día.


Yo sufría ansiedad social ya que creía que todo el mundo quería hacerme daño. Nunca nadie me había ayudado por lo que deduje que todo el mundo quería hacerme daño. A nadie le importaba lo que me pasara, yo solo quería existir lo menos posible. Esta ansiedad social cambió cuando encontré una persona que de verdad se preocupó por mi y quiso ayudarme. Como ya conté en "Reacciones" (que os recomiendo leer si queréis ayudar a alguna persona que ha sufrido algo parecido) muchas personas actúan muy mal ante historias como esta no preocupándose por la persona agredida. Gracias a esta persona yo fui capaz de romper un poco mi bloqueo emocional, aceptar que necesitaba ayuda y buscarla. A día de hoy todes mis amigues se sorprenden de lo sociable que soy, las personas que he conocido hace poco no se creen que pudiera tener este problema o que aún a día de hoy me cueste confiar en la gente, me cueste hablar con les demás. He de decir que lleva mucho esfuerzo y mucha autosuperación. Me obligaba a acudir a lugares que me daban miedo, a conocer gente nueva pero siempre con un plan de huida a mi me ayudaba mucho saber que podía irme siempre que quisiera, tener muchos planes de espada para muchas situaciones distintas. Al principio es un rollo pero cada vez lo necesitas menos. Y si temía que pudiera darme un ataque de ansiedad acudía con una persona de confianza o con pastillas en el bolsillo


Así que sí, como he dicho, también tenía un profundo bloqueo emocional consistente en negarme mis propias emociones. Yo me escudaba en la racionalidad, lo racionalizaba todo al extremo haciendo que las situaciones no pudieran hacerme daño. Acabé creando un mundo en el que nada importaba porque nada me hacía sentir nada. No era capaz de llorar y no era capaz de diferenciar sentimientos tan simples como alegría, tristeza, rabia, preocupación... para mi solo existían el miedo y la estabilidad. Este bloqueo como ya he dicho comenzó a desaparecer con este chico que se preocupó por mi pero aún a día de hoy me sigue costando un poco permitirme sentir aunque ya me siento mucho más consciente de mis sentimientos y necesidades. Ahora estoy intentando trabajar el percibir las emociones en las personas que me rodean, como veis esto es una lucha constante pero, hay que aprender a buscar lo divertido de luchar.


Otro de los principales problemas que me originó fue la depresión, pensaba que nadie podría quererme nunca, que no me merecía que nadie me quisiera porque era un saco de problemas con los que nadie querría lidiar. Me costaba mirarme al espejo, mi cuerpo me daba asco, me sentía sucia, manoseada, impura... mi cuerpo no merecía ser querido ni apreciado por nadie.
Estos problemas fueron quizá uno de los más duros de enfrentar. El problema de la depresión es que aunque alguien te quiera tu no te lo crees, te niegas el poder aceptar el amor del otro. Crees que están contigo por pena no porque te quieran, crees que todo el mundo se va a cansar de ti y que te quedarás sola porque en el fondo crees que te mereces estar sola. Sinceramente no se como conseguí superar esto, creo que al arreglar lo demás empecé a sentirme mejor y poco a poco estos pensamientos fueron desapareciendo. El problema con mi cuerpo llevó mucho trabajo de que mi pareja me diera refuerzo positivo, de obligarme a pasar x tiempo al día mirándome al espejo fue duro pero la verdad es que ahora amo mi cuerpo, no está sucio ni nada por el estilo, soy preciosa y cada parte de mi merece ser amada y apreciada, esta historia no me convirtió en un monstruo.


Otro de los problemas más horribles y que se que todes hemos sentido alguna vez es la culpabilidad sentir que todo lo ocurrido es tu culpa, que todo ocurrió porque tu lo provocaste, sentir que es tu culpa que la gente se canse de ti porque es normal que nadie te soporte, es tu culpa que nadie quiera tener una relación contigo porque nadie quiere tener una relación sin sexo o follar con miedo de que te vaya a dar un ataque de un momento a otro. Te sientes culpable por no haberlo contado, porque puede que por tu culpa alguien haya sufrido lo mismo, con la misma persona. Te sientes culpable por muchas cosas que no son tu culpa. El único culpable es tu agresor y él es el culpable de todo.  Repertirme esta frase hasta que cobrara sentido consiguió que mi culpa disminuyera mucho. Se que suena vacía al principio que crees que no es verdad pero, en serio, tu no tienes la culpa de todo lo que ocurrió, no es tu responsabilidad evitar que le pase a más gente como escribí en "¿Y no lo has denunciado?"
Hay otra cosa que a mi me hacía sentir muy culpable y era que yo no odiaba a mi agresor, no solo no lo odiaba si no que lo quería. Me alegraban sus alegrías y me entristecían sus caídas. Llegué a sentir celos porque: "También puedes tener celos de tu violador"  Pasaba mucho tiempo justificando lo que él me había hecho "es que no estaba bien de la cabeza", "es que él también lo pasó muy mal", "es que el era pequeño y tampoco sabía lo que hacía"... La verdad es que aquí mis hermanas feministas me ayudaron mucho repitiéndome que tenía que dejar de justificarlo, tenia que dejar de protegerlo, él me había hecho daño y lo hubiera hecho por lo que lo hubiera hecho eso no era mi problema. Tenía que abandonar mi posición de cuidadora, de protectora. Aún a día de hoy no le odio, si que sentí odio pero fue un sentimiento muy fugaz, duró muy poco. Pasé de quererle a odiarle y luego a mostrarme indiferente. Creo que la indiferencia es el mejor sentimiento para un ser de tal calaña.
Pero la mayor consecuencia de la culpa es la ley del silencio el día que conseguí romperla, ese día fue el primer día de un gran cambio. El 27 de febrero de 2016 escribía la primera entrada de este blog: "¿Cuál es el día que mejor recuerdas?" en esta entrada contaba mi historia, la conté muy por encima porque en ese momento no estaba preparada para contar más pero, ese primer leve golpe a la ley del silencio hizo que la culpa se fuera esfumando, que encontrara el apoyo de muchísimas compañeras, que me deconstruyera en feminismo (que fue uno de los pilares fundamentales de mi mejora), que encontrara el valor y la fuerza para luchar cada día por estar mejor.


Uno de los motivos por los que esta primera entrada fue tan superficial en la historia es que sufría amnesia disociativa. Este es el nombre técnico para decir que la mayoría de los recuerdos de mi abuso estaban bloqueados. Este bloqueo se fue eliminando conforme fui mejorando en el resto de aspectos. Los recuerdos se fueron desbloqueando con reexperimentaciones es decir, que había momentos (a veces en las situaciones más inesperadas) que algo despertaba un recuerdo que hacía que yo reviviera toda la escena olvidada llegando a ver, sentir, oler, escuchar... todo como si estuviese pasando de nuevo. Lo bueno de esto es que me fui acostumbrando y cada vez me costaba menos procesar estos recuerdos. Al igual que me acostumbré a los ataques de ansiedad y de pánico que me producían estas reexperimentaciones y a las despersonalizaciones que sufría a causa de los niveles tan altos de ansiedad. Aprendía a lidiar muy bien con estas situaciones, aprendí a controlarme y tenía recursos para controlar mi respiración, música para calmarme, lectura, dibujos, series, películas, cualquier cosa que me distrajera y me ayudara a desconectar. A día de hoy las despersonalizaciones son totalmente cosa del pasado al igual que los ataques de pánico y la ansiedad está ya casi plenamente controlada (pero mi ansiedad no desaparece del todo porque tengo ansiedad desde niña no por el abuso)


Otro problema que hacía que me fuera más costoso salir de la depresión fue el insomnio producido por mi miedo a dormir ya que casi el 100% de mis noches tenía pesadillas en las que recordaba el abuso o imaginaba que volvía a pasar o le pasaba a algún ser querido... realmente fue muy difícil superar las pesadillas y es horrible el pensar que ni siquiera en sueños tu agresor te deja descansar. Hacía relajación antes de dormir, me ponía música que me calmaba, escribía mis pesadillas o se las contaba a alguien para poder dejar de darles vueltas y poco a poco fueron desapareciendo


Por último sufrí vaginismo ligado a una repulsión por los penes, el semen... No podía mantener relaciones sexuales de ningún tipo, ni con hombres ni con mujeres porque incluso la estimulación manual me producía ataques de pánico, frustración y culpabilidad porque los músculos de mi vagina se contraían sin que yo lo deseara y el simple intento de penetración me hacía llorar de dolor. En este punto tengo mucho que agradecerle a mi compañero afectivo y sexual de aquella época que tuvo mucha paciencia conmigo y me ayudó a descubrir mi placer sin exigirme que lo complaciera a él. Lo más importante es que él respetaba mis tiempos había días que llegábamos muy lejos y días que con solo besarme y acariciarme un poco me daba ansiedad y necesitaba parar. Si yo sentía que podía tocarle lo hacía, si no no, él nunca me exigió que hiciera nada ni se enfadó porque no pudiera darle placer a él, sobre todo al principio. Lo mejor para solucionar los problemas en el sexo es que encuentres una pareja sexual que no te agobio con exigencias y que no te meta prisa, que te ayude y apoye y que respete tus tiempos, que admire tus logros y que tenga fuerzas y ganas para luchar a tu lado. Aún así yo también probé con la masturbación que me ayudó bastante a perder el miedo a que me tocara otra persona.
Actualmente puedo realizar cualquier practica sexual sin problema. No voy a decir que el 100% de las veces pero si me atrevería a decir que un 95. Si aún estas lejos de conseguir esto, se que se ve lejano, que parece que nunca vas a llegar pero, de corazón que se puede, puedes conseguirlo, date tiempo, todo el que necesites.

Este es el final de mi historia, de todo lo que pasé y todo lo que he conseguido. Realmente lo que más me a ayudado a mi ha sido romper la ley del silencio y poder escribir sobre esto, tanto en el blog como en privado; el feminismo, que me ha ayudado a ser consciente de hasta donde fue mi culpa todo esto, me ha ayudado a encontrar apoyos y a empoderarme muchísimo; las personas de mi al rededor, tanto mis parejas como mis amigos más cercanos y mi psicóloga, de verdad que sin la gran ayuda psicológica que tuve no podría haber tenido el valor de enfrentarme a todo esto.
Como digo esto son cosas que me ayudaron pero yo he sido la que ha hecho todo este camino, yo soy quien lo ha conseguido, solo yo he estado conmigo desde el principio hasta el final y solo yo voy a seguir siempre a mi lado.
Me duele tener que hacerlo pero quiero recordaros un par de premisas que me han ayudado a seguir con los pies en el suelo durante mi viaje:
  • La lucha nunca se acaba así que intenta buscar lo divertido de estar en lucha, rodeate de personas que te acompañen y que te lo hagan ameno, luchar a veces es pesado, agotador, pero también puede ser muy divertido, de verdad
  • Lo siento pero nunca podrás olvidarlo, ojalá poder borrar esos recuerdos pero es imposible, solo vas a aprender a vivir con ellos, aprenderás qué hacer cuando te sientas mal pero vas a seguir teniendo días muy malos aunque estos vayan disminuyendo pero nunca llegarán a 0


Por último y antes de despedirme soy Pitusa y si pinchas en mi nombre irás a un enlace a mi página de twitter. Si necesitas algo, si necesitas hablar o quieres preguntarme algo más sobre mi experiencia no dudes en hacerlo. Mis mensajes siempre están abiertos. Si no utilizas twitter puedes encontrar más datos míos en la página de colaboradores del blog y siempre puedes escribirnos al correo o incluso dejar un comentario aquí abajo.
Nunca te sientas sole en esta lucha porque no lo estás.
Pitusa

P.D.: Os dejo aquí dos cartas, las dos son de despedida, una cuando creía que era rabia lo último que sentiría hacia el ("Carta a mi violador") y otra cuando toda esa rabia pasó y de verdad fui capaz de pasar página ("Carta de despedida" )

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